Noche de gala por el reencuentro de los huaracinos en el Centro Cultural

Sábado, 25 Julio 2015 - 10:45am

Huaraz en Línea.- Todos los sentimientos telúricos se encontraron durante la noche de gala. Ver interpretar cada uno de los temas de la música huaracina y ancashina a los más connotados artistas así como a las nuevas promesas de nuestra música ha sido el mejor regalo por el aniversario de Huaraz.

Aún más, espectar a un invitado de lujo como Max castro entornar el tema consagrado como Lucerito y por Pastorita Huaracina, Mujer Andina, fue todo una apoteosis que terminó en sonoros aplausos y puso la música ancashina en el sitial que hace décadas le correspondió.

La presencia imperturbable de Richard Colonia con la nueva versión de la música ancashina contemporánea con el emblemático tema de Río Santa y su palomita Cuculí nos volvieron a mostrar la línea divisoria entre los huaracinos antes del sismo y los que no habiendo nacido en esa ciudad jardín, hemos sabido entender las lágrimas derramadas por nuestros padres al escuchar las tonadas del conjunto Atusparia.

Esas lágrimas son de pura nostalgia por aquella ciudad de sus ensueños que jamás volverán pero que se resisten a perder mediante la vigencia de sus elementos destruidos físicamente como la plaza y la catedral antigua.

Todas las querencias y añoranzas afloran con la música e interpretaciones como “El Aborrecido”, el vals “Dolores” interpretada por la sinfónica del Perú pero Huaraz sigue vigente en sus nuevos hijos nacidos luego de la hecatombe como el símbolo de la resurrección y el ave fénix de la necesaria restauración.

Angélica Harada, Princesita de Yungay, nos devolvió el recuerdo de los principales impulsores de la música ancashina como María Alvarado Trujillo, Pastorita Huaracina, Ernesto Sánchez Fajardo, Jilguero del Huascarán así como temas de los conocidos compositores como Jacinto Palacios, Alejandro Collas Paúcar, Moisés Castillo, entre otros.

Fue una noche para recordar pero a la vez para comprender que Huaraz sigue siendo la ciudad de los encuentros y desencuentros. De los que añoran la ciudad paraíso de antes del 31 de mayo de 1970 y de quienes siendo sus nuevos hijos tratamos de comprender porque nuestros mayores se sienten extraños en su propia tierra.

Tal vez muy pronto, al escuchar una melodía ancashina podamos comprender que nos necesitamos tanto para volver en un necesario abrazo de reencuentro, que nuestros espíritus se aquieten con la paz que nos brinda El Señor de la Soledad para poder convivir con la naturaleza que nos fue adversa un 13 de diciembre con el aluvión del 41 así como el terremoto del 31 de mayo del 70, pese a su enorme belleza y hermosura. Feliz día, Huaraz de mis amores. (EPH)

 

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