Huaraz en Línea.- La muerte de Rafael Roncagliolo lo encontró animando una vez más un diálogo, esta vez entre la izquierda y los liberales para darle densidad y coherencia a un centro político. No era la primera vez que intentaba lo uno y lo otro, es decir, fomentar el diálogo y unir las diferencias.
La suya fue una vida útil, vibrante y comprometida. Pocas veces puede conjugarse estos elementos en la (sobre) vivencia humana. Rafael lo logró a mucho costo, sobre todo en lo personal y familiar, resultado de lo cual fue un intenso paso de varias décadas por la vida pública peruana y latinoamericana.
En una cena de familias, hace 15 años, Tania, su hija, le decía a Gabriela, la mía, que le costaba resumir qué era su padre y a qué se dedicaba. Era cierto, Rafael tenía entre manos siempre más de un proyecto, siempre innovadores y muchos afanes.
En una de sus últimas entrevistas, publicada en la Revista Ideéele en setiembre pasado [1], dividió su vida política en dos etapas; una partidaria, que empieza a inicios de los años sesenta cuando se hace militante de la DC y termina en 1981 cuando abandona el Partido Socialista Revolucionario (PSR) que fundó con otros civiles y militares velasquistas en 1976.
La otra es la etapa que él calificaba de “no partidaria”, en la que se ubica su relación con Izquierda Unida (IU) ya como militante sin partido, muy cercano a Alfonso Barrantes, y su activismo igualmente político desde la sociedad en los últimos 30 años.
Otras identidades públicas de RC deben ser destacadas, como su condición de sociólogo que ejerció con lucidez, profesión en la que se graduó en la PUCP, alma mater a la que estuvo ligado casi 55 años como alumno, dirigente y profesor. Fue también dirigente gremial, primero de la Federación de Estudiantes de la PUCP [2], la FEPUC, en 1963 y luego presidente de la Federación de Periodistas del Perú (FPF) en los años setenta. En la PUCP, recientemente, entre el 2016 y 2017 animó la creación de la carrera de Relaciones Internacionales.
Como periodista político -decía que era más periodista que sociólogo- fue jefe de las secciones editoriales de Expreso y La Razón y dirigió un programa de la TV en los setenta, llamado Quipu, finalmente cerrado por el gobierno militar. Fue miembro fundador de la Asociación Peruana de Investigadores de la Comunicación (APEIC) y de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de Comunicación (ALAIC), vicepresidente de la International Association for Mass Comunication Research (lAMCR/AIERI) y presidente de la Asociación Mundial de Radios Comu¬nitarias (AMARC), actividad que llevó adelante desde el Instituto para América Latina (IPAL) que fundó, un afán que lo condujo a una intensa reflexión e investigación [3] [4]. Hasta su muerte y por varios años fue columnista en La República [5] y miembro del directorio del portal Otra Mirada [6]
Fue un político represaliado por lo menos dos veces: el Gobierno de Morales Bermúdez lo persiguió y debió asilarse en México en 1976, y luego a finales de los años noventa, el Gobierno de Fujimori a través de la llamada “prensa chicha” y del entonces Canal 2-Frecuencia Latina expropiado a su legítimo dueño, desató contra él, secretario general de Transparencia, una feroz e innoble campaña de acoso y desprestigio.
Roncagliolo perteneció a una generación que hizo la política principalmente desde la crítica social, aunque él, personalmente, prefirió hacerlo también desde los consensos y los acuerdos. Esta elección es costosa en un país donde es difícil ser dialogante y, en cambio, se celebra el radicalismo. Ya antes de la fundación de la Asociación Civil Transparencia, en 1994, había ejercido una presión acuerdista sobre los actores políticos, un ejemplo de lo cual fue su apuesta por la candidatura de una izquierda convocante patentizada en la postulación de Barrantes el año 1990 a nombre del Acuerdo Socialista.
RC y el núcleo que fundó Transparencia hicieron de ella una institución que se ubicaba más allá de la supervisión electoral y la movilización democrática. Sumaban a estos propósitos la formación de consensos sociales e institucionales en favor de los derechos y las reformas. A la caída de A. Fujimori, Transparencia fue una de las primeras instituciones en animar la reflexión sobre la transición democrática con una agenda de acuerdos planteada en la Mesa de Diálogo de la OEA y con el Gobierno del presidente Paniagua.
De ahí que fuese natural el compromiso de Transparencia y de RC con el naciente pacto que se inició en 2001 por iniciativa del Gobierno de Toledo. La trascendencia de este instrumento hizo que su concurso fuese personal y no institucional.
Primero como parte de un comité que formamos con Alberto Adrianzén y el que escribe esta nota -entre noviembre y junio de 2002- donde él se abocó a dos tareas: garantizar un pacto para el pacto, es decir el Compromiso de diálogo para lograr un Acuerdo Nacional [7], con la gestión invaluable del entonces premier Roberto Dañino y su equipo, y organizar una discusión ordenada de las políticas de Estado. Su compromiso personal con la discusión de las políticas 4, 6, 12 y 17 resumen su preocupación para el pacto entre los antagónicos.
Su corto período en la secretaría técnica del AN fue fructífero; multiplicó consensos y acercó más a los partidos con la sociedad civil, disolviendo las resistencias de los primeros respecto a los segundos. Su renuncia a la secretaria técnica se debió al bloqueo del avance en la ejecución de las políticas de Estado por el gobierno y las partes [8], aunque siguió en este foro hasta su muerte y se dio maña para “exportar” la experiencia del Acuerdo Nacional a otros países [9].
Continuó con su apuesta por la política de los acuerdos; trasladó sus afanes de diálogo a IDEA Internacional donde fue Jefe de Misión para el Perú (2003-2011) desde donde animó estudios, debates e iniciativas nacionales e internacionales. En varias de estas empresas lo acompañamos, como en el impulso de la Ley de Partidos (con Ántero Flores Araoz, Max Hernández, Jorge del Castillo y Carlos Ferrero), la iniciativa Nudos Críticos de la Gobernabilidad que dio a luz la primera agenda concertada de reformas de mediano y largo plazo (2004) [10].
En la presentación del resultado de debates y estudios de casi dos años de la iniciativa de los “nudos” RC escribió. “Somos ciudadanas y ciudadanos peruanos, reunidos a título individual y voluntario, para pensar juntos y proponer al país temas y caminos que nos parecen cruciales para el entendimiento y el consenso entre los peruanos. No buscamos la identidad de posiciones que caracteriza la acción partidaria. Al revés, valoramos nuestras diferencias y nuestra pluralidad de opciones ideológicas y políticas, como punto de partida para imaginar y desarrollar medidas destinadas a asegurar una república democrática. Queremos contribuir al cumplimiento de la promesa de la vida peruana. Deseamos continuar y prolongar los ejercicios de Agenda Perú, del Acuerdo de Gobernabilidad, de la Mesa de Diálogo de la OEA, de la Carta de Navegación y del Acuerdo Nacional. Aspiramos a sumar en la construcción del consenso democrático, en el que ninguna iniciativa sobra y todas pueden y deben acumularse”.
Desde IDEA, preocupado por la gobernabilidad y estabilidad, fomentó varias iniciativas audaces. En noviembre de 2005[11], con el PNUD, la Fundación Elcano y la Universidad de Alcalá (España) organizó el Seminario “Perú y España: Transiciones en democracia” que en la sede del Senado de España. So pretexto de analizar la transición española, 20 líderes peruanos se dieron cita en Madrid para hablar sobre el Perú. Esta operación, también bajo el liderazgo de RC se repitió en diciembre de 2011 en Madrid [12].
Su preocupación por el mix entre el acuerdo y el cambio fue constante, recusando la idea inmovilista de que la unidad del país se produce sobre el vacío y la conservación de statu quo. De ello dan testimonio sus iniciativas para encarar la gobernabilidad peruana a través de la asistencia a los partidos y su bancada en el Congreso y su activismo por dotar al Perú de un mapa del cambio con consenso, un testimonio de lo cual fue el estudio prospectivo que IDEA y el PNUD iniciaron a fines de 2010, con el concurso del Proyecto de Análisis Político y Escenarios Prospectivos (PAPEP), cuando no se sabía que meses después sería designado canciller.
En el área andina son notables sus esfuerzos para abordar la cuestión venezolana y de los otros países vecinos a través del diálogo con todos, uno de cuyos hitos fue el Diálogo Andino-estadounidense que se llevó a cabo en 2010 con el auspicio del Centro Carter, que tuvo cuatro reuniones, en Atlanta, Washington y dos Lima [13].
Canciller desde el inicio del gobierno de Humala, llevó ahí su talante en favor del diálogo como política nacional en las relaciones internacionales fundando el Centro de Estudios para la Democracia (CEDEM)[14] una institución en el marco de UNASUR especializada e independiente que ofreciera a los países de la región un espacio de intercambio plural de ideas para el fortalecimiento de sus instituciones y cultura democráticas y que apoye la realización de investigaciones y estudios que contribuyan a que la democracia electoral ya existente, obtenida en las urnas, se amplíe y fortalezca hasta que se perciba en el funcionamiento de las instituciones en el marco del Estado de derecho y la inclusión social, es decir, otra vez la relación entre el cambio y el acuerdo. Santiago Mariani, quien fuera director del CEDEM me comentaba que la base del argumento del papel de la política exterior peruana era la reivindicación de la relación entre Bolívar y San Martín, localizados ambos en el escenario de un territorio y que, a pesar de las diferencias de las estrategias de ambos libertadores, era un eje que convocaba y reunía.
En la cancillería, uno de los retos más importantes de RC fue el proceso de La Haya. La Corte debía fallar sobre el diferendo limítrofe marítimo con Chile. RC fue canciller entre julio de 2011 y mayo de 2013 y abandonó el cargo nueve meses antes del fallo, cumpliendo en ese lapso un destacado papel en la formación de la opinión pública peruana y en las relaciones bilaterales con Chile para que el fallo sea acatado por los dos países. La estrategia que llevó adelante el Perú ha empezado a ser estudiada como un caso de diplomacia pública [15], y como de una cuidadosa estrategia para el momento del fallo [16].
En los últimos años, afectado por su salud, RC no cesó en sus esfuerzos por la unidad latinoamericana y la política de los acuerdos en el Perú. Luego ejercer la representación diplomática en España, su preocupación ante el deterioro de las instituciones fue cómo establecer una política de basada en los acuerdos, un pacto de cierto volumen; decía que en el Perú actual “el acuerdo grande es otra cosa, incluye no solo a los políticos, sino también a las organizaciones sociales, las iglesias- no solo la católica, - la Confiep, la CGTP, etc. En esta coyuntura se ha preferido el acuerdo chico y eso me da mucha pena” [17].
RC no creía que el pacto era un espectáculo o una sesión de fotos; la creía como una forma del cambio y un camino de la transformación. Dividía siempre a los actores entre los partidarios del pasado y de lo nuevo, y que la colaboración era entre todos, pero principalmente de las segundas [18].
Esa matriz era también válida en su balance del mundo de la pandemia y la pospandemia, debates en el que participaba entusiasta, en el marco de la Mesa de Reflexión Latinoamericana que anima el ex canciller de Bolivia, Gustavo Fernández. Tenía fe en que este ciclo inédito de la democracia que domina la región “duradera en el tiempo y abrasiva en el espacio” [19] solo podía ser defendida desde el cambio y el acuerdo. (Por: Juan De la Puente – replicado en Otra Mirada)
Publicado en el portal PataAmarilla
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[1] https://www.revistaideele.com/2020/09/03/rafael-roncagliolo-no-me-molest...
[2] http://somosperiodismo.com/rafael-roncagliolo-todo-hecho-vida-esta-vincu...
[3] Entre otros textos en este campo se tienen Trampas de la información y neocolonialismo (con Gregorio Sesler), ILET, México, 1979; Culturas en globalización. América Latina-Europa-Estados Unidos: libre comercio e integración, Nueva Sociedad, Caracas, 1996; ‘Comunicación y Culturas Transnacionales’ en Comunicación Transnacional: conflicto político y cultural, DESCO, Lima, 1982; ‘Investigación y políticas sobre Nuevas Tecnologías de Comunicación en América Latina: una reflexión personal’ en Nuevas Tecnologías y Comunicación, FELAFACS/AFACOM, Bogotá, 1986; ‘Communication and Development: The Contribution of Research’ en Cees J. Hamelink y Olga Linné, eds., Mass Communication Research: On Problems and Policies, Ablex, Norwood, NJ; ‘Trade Integration and Communication Networks in Latin America’, Canadian Journal of Communication.
[4] Dos textos que pueden leerse en línea de esa etapa son: https://revistas.ulima.edu.pe/index.php/contratexto/article/view/1937/1939 y https://revistas.ulima.edu.pe/index.php/contratexto/article/view/2530/24...
[5] https://larepublica.pe/autor/rafael-roncagliolo/
[6] http://www.otramirada.pe/el-per%C3%BA-perdi%C3%B3-rafael-roncagliolo
[7] https://www.acuerdonacional.pe/politicas-de-estado-del-acuerdo-nacional/...
[8] https://www.youtube.com/watch?v=4hxEYhwDVtU
[9] https://www.idea.int/es/publications/catalogue/construcci%C3%B3n-de-cons...
[10] https://docplayer.es/18595705-244-los-nudos-criticos-de-la-gobernabilida...
[11] https://larepublica.pe/politica/295115-lourdes-y-paniagua-juntos-en-madrid/
[12] http://www.aecid.pe/publicaciones/listado-de-publicaciones?searchcategor...
[13] https://www.cartercenter.org/peace/americas/andean-us-dialogue-forum/ind...
[14] https://andina.pe/agencia/noticia-peru-y-brasil-inauguran-manana-centro-...
[15] https://revistagobiernoygestionpublica.usmp.edu.pe/index.php/RGGP/articl...
[16] https://www.youtube.com/watch?v=KdwWkAy0_54
[17] https://www.revistaideele.com/2020/09/03/rafael-roncagliolo-no-me-molest...
[18] https://www.youtube.com/watch?v=hpTWKQAVJWc
[19] https://www.youtube.com/watch?v=5zY166tUt50
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