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Huaraz en Línea.- El pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) descartó la ejecución del voto digital para las elecciones generales del 2026, a realizarse el 12 de abril próximo, ello tras una auditoría realizada por el propio ente electoral.
El informe elaborado concluyó que era desfavorable la aplicación de la solución tecnológica para el voto digital, al haber encontrado el equipo técnico encargado deficiencias que no podrían ser subsanadas por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) antes de que concluyan importantes hitos electorales.
El presidente del JNE, Roberto Burneo, indicó que uno de esos hitos importantes se iba a dar este 5 de enero, en que se iba a informar a los electores que optaron por el voto digital, que son cerca de 10 mil, quiénes podrían hacer uso de la modalidad. Este va ligado a otro hito clave, el sorteo de miembros de mesa, que se realizará el 29 de enero de 2026.
En ese sentido, mencionó que, de acuerdo con lo establecido por ONPE, la solución técnica del voto digital recién tendría su versión final el 1 de abril del próximo año, es decir, a 11 días de las elecciones generales.
“A la fecha, si me preguntan, no está garantizado que el 12 de abril puedan ejercer el voto a través del voto digital, porque la solución (tecnológica) tiene muchas deficiencias, y no podemos arriesgar a que ese grupo de personas, por más que sea uno, no pueda ejercer su voto”, declaró en conferencia de prensa.
“Eso no significa que el voto digital esté condenado. Todo lo contrario, saludamos el esfuerzo profesionalismo de la ONPE, que en un corto tiempo ha podido desarrollar una propuesta”, dijo el titular del JNE, quien señaló que este podría ser un buen comienzo para que dicha alternativa tecnológica se aplique en las Elecciones Regionales y Municipales del 2026, o en procesos futuros.
Burneo Bermejo aclaró también que, si bien la ONPE está efectuando una auditoría de manera particular, cuyas conclusiones se conocerán en los próximos días, ello no impactará en la decisión que han tomado, puesto que su función es garantizar que la forma en que se desarrolle esta modalidad de votación sea óptima y no se afecte el derecho de participación ciudadana de los electores.
Resultados de la auditoría
El director nacional de Fiscalización y Procesos Electorales del JNE, Alberto Kuroiwa, explicó que la auditoría del personal técnico especializado de la entidad empezó el pasado 15 de octubre, en que la ONPE les entregó la solución tecnológica y el 2 de diciembre recibieron otra versión de la misma.
En ese sentido, explicó que, para este 5 de enero, la entidad tenía que haber tenido la última versión del software del voto digital, porque las modificaciones posteriores al producto podrían afectar el voto de los ciudadanos inscritos para el piloto.
Precisó que, según la propia ONPE, la solución tecnológica recibirá su conformidad final el 1 de abril y es ahí que el software recién pasaría a etapa de producción.
Por su parte, Carlos Rodríguez, director de Fiscalización Electoral Digital del JNE, detalló que la auditoría se basó en cinco aspectos: infraestructura tecnológica; seguridad digital y ciberseguridad; componentes del sistema, pruebas funcionales y técnicas; y, certificaciones y cumplimiento normativo.
Entre otros aspectos, señaló que no se pudo validar la seguridad y resiliencia de la solución digital en situaciones como un desastre natural. Otro de los riesgos, indicó, es que no se podría garantizar la seguridad de los votos provenientes del extranjero.
“El equipo auditor hizo una prueba SAST, donde se pudo detectar puertas abiertas en el código fuente, detectando vulnerabilidades, entonces eso no garantizaría el secreto del voto ante estas situaciones”, mencionó Rodríguez.
El funcionario señaló que también se encontraron deficiencias en cuanto a accesibilidad digital para personas con discapacidad, que son un grupo prioritario en materia electoral.
Además, indicó que, si bien la ONPE cuenta con la certificación ISO 27001, de seguridad de información, los procesos que comprende el voto digital no han pasado por esta validación, lo que genera “desconfianza digital” en la solución tecnológica.
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