Chiquián (Alex Milla).- Esta escena representa la entrada que hiciera Francisco Pizarro al mando de la caballería española a la ciudad de Cajamarca para apresar al Inca Atahualpa que nunca entendió los aportes que trajeron los españoles.
La gente se preparan y se van a comprar caramelos apresuradamente para usar en el juego de la entrada, antes los comerciantes regalaban a las pallas para que le enfrentes al Capitán y a su gente. El Capitán, Abanderado, Acompañantes, familiares y amigos se reúnen en la plaza Bolognesi en Quiwillán protegiéndose la cabeza y su cara con chalinas y ponchos para evitar sean dañados con los caramelos.
El Inca, Rumiñahui y las pallas conforman el otro grupo y se encuentran el Quiwillán ellos también protegidos especialmente la cara. Siendo las 4 de la tarde, se da inicio a la “entrada” suenan las avellanas incesantes de ambos bandos, la caballería española, es decir del Capitán arremete contra el Inca y sus partidarios , llueven los caramelos, gritan, se insultan, mientras la orquesta toca sus hermoso pasacalles y la banda de músicos la huaylishada.
Durante el recorrido por la calle comercio el juego de caramelos es fuerte los niños y jóvenes son los más afortunados porque se agrupan y atacan a las jovencitas, la gente dice: “están de fiesta”, Juegan con todos los que encuentra a su paso, además con las personas que observan desde sus balcones; las caballerizas españolas siguen empujando a las huestes incaicas, estas se protegen y contraatacan.
Antiguamente las personas salían a ofrecer una botella de licor, una paloma enjaulada, o un conejo adornado con cintas de colores al Capitán y al Inca, costumbres que se deben rescatar.
La caravana llega a la plaza, donde el público les recibe con una lluvia de caramelos y se desata con mayor intensidad la guerra entre la gente del Capitán con la gente del Inca, se sigue el recorrido por la calle Dos de Mayo y se doblan por la calle Leoncio Prado en dirección al estadio Jircán, al ingreso todos lanzan los caramelos contra todos no se sabe con a quién atacan como especie de bienvenida.
Una vez que ingresan a la plaza de Jircán se enciende la “tendida” que suena fuerte, las bombardas explotan sin cesar, los caballos se ponen briosos, reciben los caramelazos de las tribunas y cuando comienza la segunda vuelta la canallería arremete decididos a “capturar al Inca, pero es imposible, ¡El Inca se escapa! Gritan y la caballería persigue al Inca algunos desmontan de su caballo para facilitar la captura; el Inca se las ingenia de mil maneras para no dejarse capturar, ocurre de que si el Capitán captura al Inca, éste deberá pagar la multa y si el Inca Logra escaparse y llega primero a la casa del capitán, él deberá pagar la multa. Termina la entrada y todos hermanados huaylishando se dirigen a la casa del Capitán donde continuará la fiesta.
Es tradición que hay un baile general y el Capitán invita la cerveza que reparte a manos llenas sin distinción alguna. Luego horas más tarde se van a la plaza de armas y queman un castillo de fuegos artificiales y bailan alegremente bajo las notas musicales de la banda de músicos y terminan muy cansados hasta con los pies hinchados.
Comentarios