Huaraz en Línea.- El número de fallecidos por coronavirus ha ido en aumento desde el inicio de la segunda ola en nuestro país. Con esta situación, muchas personas vienen enfrentando momentos de dolor, tristeza y hasta depresión, no sólo por la pérdida del ser querido, sino porque el enfermo de Covid-19 fallece sin la presencia o visita de la familia.
“A raíz de la pandemia, los protocolos para la disposición de los cadáveres por coronavirus son totalmente diferentes. No nos permiten cuidar a nuestros enfermos, tampoco despedirnos, ni ver su cuerpo. Nos han quitado ese ritual de despedida que le hacíamos a nuestros difuntos”, indicó María Garrido Hidalgo, Psicóloga de la Universidad César Vallejo, campus Trujillo, quien considera que es importante tener algunas pautas presentes para ayudar a procesar - de forma saludable- la pérdida de un familiar por coronavirus.
• No es recomendable reprimir las emociones. Los familiares, o el entorno de apoyo de las personas que han sufrido la pérdida, deben respetar sus expresiones de dolor como gritos, llanto, zapateo o el desfogue de la tristeza golpeando una almohada.
• No se deben cortar las expresiones de dolor usando frases como: “ya tranquilo”, “esto tenía que pasar”, “esto tenía que suceder”, “tienes que ser fuerte”. Aunque son mensajes que pueden tener buena intención, en esos momentos de dolor, no ayudan.
• Los familiares de apoyo deben cuidar que en ningún momento la persona que sufre la pérdida se haga daño; y acompañarla desde el amor y el respeto.
• Es importante implementar un nuevo ritual de despedida dadas las circunstancias. Se debe conversar con familia y ponerse de acuerdo sobre la forma en que habrá de desarrollarse el nuevo ritual de despedida y que sea significativo, aunque sea pequeño.
Con respecto a cómo abordar este tema con los niños, la especialista en salud mental mencionó que con los niños menores de 5 años se pueden usar recursos lúdicos, como cuentos o juegos para explicar la muerte del familiar. De esa forma pueden entender que lo sucedido es un proceso natural que todos los seres humanos vamos a tener que afrontar, en algún momento.
“También se aplica con ellos las primeras pautas, las de dar espacio a la emoción, dar contención, es decir abrazarlos, acompañarlos en silencio, acariciarlos, porque ellos van a necesitar de un lugar seguro y ese será los brazos del familiar a cargo. En cada etapa, se le tiene que ayudar y brindarle información, de acuerdo a su edad, para que comprenda la pérdida”, señaló Garrido Hidalgo.
Sobre la sensación de culpa, en estos casos, la especialista del Servicio Psicológico de la UCV dijo que se trata de una carga bastante grande para quien la siente. El deber de la familia, como red de apoyo, es no seguir culpando a la persona por lo que pueda haber ocurrido. Esa conversación se puede abordar cuando la etapa crítica de dolor haya pasado, siempre teniendo en cuenta que quien se siente responsable pudo contagiar al familiar por exceso de confianza y no intencionalmente.
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