Lunes, 15 Abril 2019 - 1:30pm
Huaraz en Línea.- Poeta y escritor peruano, una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. Desde 1923 vivió entre París y Madrid dedicado a la literatura, el periodismo y la vida política.
Autor de Los Heraldos negros, Trilce, España, aparta de mí este cáliz, Poemas humanos. En narrativa destacan sus obras más comentadas como Paco Yunque, Fabla salvaje y El Tungsteno.
No en vano, es considerado uno de los mayores innovadores de la poesía del siglo XX y el máximo exponente de las letras en su país.
Su niñez transcurrió en la provincia liberteña, Santiago de Chuco, en el seno de una familia que anhelaba que el pequeño César fuera sacerdote, sin embargo las letras lo ganarían y así el Perú podría engrandecerse con su talento que perdura al pasar de los años.
Ejerció en su juventud diversos oficios, tras salir de la escuela de San Fernando -se desconoce el por qué del abandono de la carrera de medicina- fue en Lima preceptor de niños de familias adineradas y hasta cajero en una cooperativa posteriormente en el interior del país.
Por aquellos años se relacionó con la bohemia trujillana y el denominado grupo Norte, en el que participaban Antenor Orrego, Víctor Raúl Haya de la Torre, Macedonio de la Torre y Alcides Spelucín, entre otros. Augusto Tamayo, en su Literatura peruana, cuenta que “cuando Juan Parra del Riego estuvo en Trujillo por el año 1916 señaló la importancia de Vallejo, ante la lectura de sus poemas, y lo sindicó entonces como poeta ‘preciosista’”.
Así fue transcurriendo su vida y cómo no conocería el amor en María Rosa, quien también tuvo un paso que impactó en su vida para luego fallecer. De ella se sabe que queda plasmada en "Los heraldos negros" y en "Los dados eternos", junto a la madre de Vallejo.
Luego sería apresado en Trujillo y tras una serie de hechos decide viajar a Europa, desde donde no retornaría más a la tierra que lo vio nacer. Allí desarrollaría su talento y se dedicaría a la enseñanza también. Volvió a sentir el amor y finalmente se consolida en ese aspecto con Georgette.
Vallejo murió a los 46 años, no un jueves, sino un viernes, 15 de abril, en París. Como lo dijo en sus versos, era otoño y caía un fino aguacero. El mal que le quitó la vida hasta ahora es un misterio. Algunos señalan que fue víctima de un paludismo mal curado. Enfermedad que contrajo de niño y que volvió a ensombrecer su existencia en Europa, de manera sorpresiva.(Andina)
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