Huaraz en Línea.- Por : Yuri Vivar Miranda(*).- Pasaron las elecciones en segunda vuelta y nos dejaron algunos resultados que necesariamente tienen que preocupar al novel gobernador, por un lado el respaldo popular y por otro lado los resultados de la gestión predecesora de cara al cumplimiento de promesas de campaña.
El Gobernador entrante ha conseguido el 25.73% de las preferencias de los votantes hábiles del departamento, por lo tanto solo tiene el respaldo de la cuarta parte del electorado, deberá imprimirle a su gestión, entonces, un sello de agilidad, honestidad, conocimiento y sobre todo resultados concretos para incrementar su relativo respaldo popular, más aun si hay cerca de un 54% de votantes hábiles que no estaban de acuerdo con ninguno de los candidatos y/o el sistema político actual.
Que nos está dejando la Gestión Actual ( Gamarra, Vargas y Ríos), desde el punto de vista presupuestal que es uno de los indicadores más pragmáticos para evaluar la eficacia y la eficiencia publica, no siendo obviamente el más perceptible, porque lo más efectivo es precisamente la percepción del ciudadano de cara al valor público que ha recibido del gobernante en la satisfacción de sus “necesidades” publicas, veamos :
El poblador necesita en el argot popular “obras” , si son tangibles y generan empleo mejor, sin embargo estas se dan bajo el mecanismo de la Inversión Pública y lamentablemente en la Región por motivos ampliamente conocidos ( inestabilidad política, inseguridad jurídica, inseguridad, administrativa entre otros) no se han dado y se refleja en un indicador simple , el Presupuesto del Gobierno Regional del año 2015 al 2018 ha crecido en 64.58% , sin embargo este crecimiento más se ha destinado al gasto corriente como son pago de planillas, bienes y servicios, mantenimiento, etc que al Gasto de Inversión, si bien es cierto el último año la ejecución en este rubro ha mejorado sustancialmente pasando de un 25% del año 2015 a 55% de ejecución al 2,018, es bajísimo con respecto al cumplimiento en el gasto corriente que hasta la fecha bordea el 92% de ejecución y que probablemente a fin de año se acerque al 99%.
Por lo tanto evaluar la gestión al margen de los sucesos que hayan acontecido, dentro de una política de modernización de la gestión pública por Resultados, simplemente tenemos que escribir que no ha sido ni eficaz ni eficiente, probablemente sea eficaz en el cumplimiento de su ejecución de gasto corriente, pero si este no se ha traducido en lo que la población quiere de cara al gasto de Inversión lo que se consigue es una gestión ineficiente y aquí hablo de gestión no de persona. No puede ser posible que en una región que ha visto recrudecer sus indicadores de pobreza hasta sobrepasar el promedio nacional, solo se haya ejecutado en los cuatro años un promedio del 43% del presupuesto de Inversión. No es posible que el Gasto de Inversión en promedio de los cuatro años solo represente el 20% del total gastado, de esa manera difícilmente podemos alcanzar crecimiento menos será desarrollo.
En términos sencillos para salir del debate político del manejo gubernamental, creo que lo que no se hizo fue cambiar estructuras del gasto de cara al crecimiento económico y esto se hace con decisión política pero teniendo proyectos de mediano y largo plazo y equipo técnico que lo planifique, lo ejecute y lo controle.
Y esto es precisamente lo que desde ya estaremos reclamando al gobernante que coge las riendas este 2 de enero, deberá evaluar en los primeros tres meses el aparato administrativo de la institución en todos sus niveles, deberá olvidarse ( en contra de lo que muchos digan) de algunas promesas de campaña y centrar su gestión a través de equipos que tengan solvencia moral y técnica.
Para hablar de la solvencia técnica se deberá entender que se requiere no decisiones cortoplacistas por el contrario se trata de madurar proyectos de larga duración e incluso de alto nivel de sostenibilidad y ello pasa por fijar dos o tres ejes de desarrollo, ello significa cambiar estructuras económicas de cara al crecimiento y generación de empleo permanente, ello significa inversión pública en infraestructura básica para que hay inversión privada, ello significa generar Valor Agregado a todo lo que significa desembolso público, ello significa simplificar la gerencia pública ( el 18% de los inversionistas creen que una de las 7 causas principales de la falta de inversión es los tramites) , ello significa cambiar en definitiva la estructura del gasto que para iniciar debería ser de por lo menos un 45% del presupuesto a Inversión.
A lo largo de estos años siempre he opinado que los sectores – no siendo los únicos – que podrían garantizarnos el crecimiento con desarrollo son la Agroindustria y el Gran Turismo, acompañado de industria complementaria de ambos sectores, con la salvedad que los resultados no se darán el 2019 pero que estarían garantizando resultados seguros hacia el 2022 cuando el gobernante actual este finalizando su gestión, habría que tener el coraje de hacerlo y la hidalguía de decirlo.
(*) Economista
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