Huaraz en Línea.- Los obispos del Perú manifestaron que esperan que las autoridades nacionales, elegidas recientemente, puedan responder con prudencia, eficiencia y prontitud a la inseguridad, la pobreza y la corrupción. Compartimos el mensaje de la Conferencia Episcopal Peruana con ocasión de Fiestas Patrias.
"Los peruanos podemos construir la unidad"
Nuestra Patria celebrará este 28 de julio el 195º aniversario de vida como Nación. Un nuevo gobierno democrático, en camino a conmemorar dentro de pocos años el Bicentenario de nuestra Independencia, conducirá el país en los próximos cinco años, reafirmando los perennes valores de nuestra peruanidad.
El Pueblo Peruano, que participó democráticamente en las elecciones generales de este año, tiene grandes esperanzas en el nuevo Mandatario del País y en el nuevo Congreso de la República, de quienes espera puedan responder con prudencia, eficiencia y prontitud a los grandes males que como sombras amenazantes se ciernen sobre nuestros pueblos y ciudades: la inseguridad, la pobreza y la corrupción.
Ciertamente, cuando el corazón del hombre encuentra y hace suyos los ideales del bien común, del respeto y de la solidaridad, cambian los pueblos. Pero al mismo tiempo son las leyes, las estructuras y organizaciones que lograr el enraizamiento y crecimiento de estos ideales en la vida cotidiana. Los peruanos los podemos lograr.
En este contexto, el don de la fe cristiana enraizada en nuestra identidad nacional, es la fuerza más poderosa que puede impulsar al cambio y transformación de cada hombre y de cada pueblo. El mensaje de Cristo, vivo en el Evangelio, enseña la cima moral del hombre cuando proclama: “no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti” o “trata a los demás como quieres que te traten a ti”.
No podemos olvidar en este aniversario patrio que otros valores como el respeto a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural; el respeto a la familia, cómo base de la sociedad, al matrimonio entre hombre y mujer; la justicia y el respeto a los derechos de los más vulnerables, la honestidad y el cuidado de la creación -“de nuestra casa común”- siguen siendo un desafío para cada peruano y para nuestras autoridades.
Con aprecio fraterno pido a los líderes y a los miembros de los partidos y movimientos políticos que trabajen unidos y en armonía por el bien del Perú, y como pedía el Prócer de la Independencia Don José Faustino Sánchez Carrión, respetando las instituciones democráticas, “Finquemos nuestra grandeza en traer un vestido llano y sin más insignia que la de la honradez, y la de la austeridad civil”.
Con el orgullo de ser peruanos cantemos en el Himno Nacional: “somos libres seámoslo siempre” recordando que la verdadera libertad se encuentra, como dice el Apóstol Pablo, en “ser esclavos unos de otros por amor”. En este horizonte de esperanza les exhorto con las palabras del Papa Francisco: “Estamos llamados ante todo a construir y reconstruir, sin desfallecer, caminos de comunión; a construir puentes de unión y superar las barreras que separan”.
Invito a todos los peruanos a elevar nuestras oraciones a Dios, el Señor de la historia, por todos los que han de dirigir los destinos del Perú. Que el Espíritu Santo nos conceda a todos la sabiduría para ser constructores de paz y sembradores de misericordia.
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