Huaraz en Línea.- Con gran jolgorio y entusiasmo se está viviendo los carnavales huaracinos en estas fechas. Ayer, como parte de este marco de festejos, se realizó el muy esperado encuentro de cruces en el que participaron delegaciones de varios sectores populares de la ciudad.
La Dirección de Cultura de Áncash resaltó la importancia de conservar estas tradiciones para promover el turismo en la región y se refirió en particular a la celebración del encuentro de las cruces. “Existe cuatro tipos de cruces, dos rurales y dos citadinas, y cada una cumple una función específica”, mencionó en un pronunciamiento.
“Están las Cruces del Campo, son cruces protectoras que se colocan en los cerros y que han reemplazado a los monolitos o huancas que veneraban nuestros ancestros. Estas cruces están hechas de una armazón de madera y carrizo que se cubre con el ‘Machitu’, planta ritual que va pintada de purpurina. Los extremos de esta cruz van adornadas con ramas de romero. Tiene incrustaciones de metal llamados postizos”, afirmó el ente promotor del turismo.
Un domingo antes de carnaval, las cruces del campo, que previamente han sido vestidas y ‘veladas’ en las comunidades, bajan a la ciudad, a los templos de La Soledad y San Francisco, para “revitalizarse, renovar su fuerza y poder, escuchar la misa de cruces y ser bendecidas antes de retornar y ser colocadas en sus lugares determinados”.
La danza que acompaña a las cruces de campo en el carnaval es la danza de Los Capitanes. Se visten con terno negro, cruzando el pecho dos bandas de color rosado, granate o celeste. El sombrero es ‘de tres picos’, hecho de paño. Los danzantes, que son dos, llevan en las manos pañuelos multicolores. Esta danza es acompañada por una caja y una flauta.
“Una de las cruces citadinas es la ‘Cruz Bordada’. Estas cruces están en los extremos este y oeste de la ciudad de Huaraz y tienen sus ermitas en lugares como: Pumacayán, José Olaya, Rataquenua y San Jerónimo. Se las viste de paño porque se las considera vivas. Existe la tradición de que el ‘martes guerra’, estas cruces son llevadas por sus devotos a ‘escuchar la misa’ en las antípodas de sus ermitas. Y al retornar, se produce el encuentro con las demás, a las doce del día en la plaza de armas de Huaraz”, agregó.
Al final se celebran ‘Los Calvarios’, que son cruces adornadas con todos los elementos de la pasión de Jesús. En ellas encontramos al sol y la luna, el cáliz, el gallo de la pasión, la jarra y la jofaina que utilizó Pilatos para lavarse las manos, la columna en la que Jesús fue flagelado, la corona de espinas, y los dados con que se jugaron sus vestiduras.
Estos ‘Calvarios’ se ubicaban a los extremos de la ciudad y hoy en día los tenemos en Huaraz, en Prolongación Luzuriaga y en Patay, es decir, en los extremos norte y sur de la ciudad.
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