El Triduo Pascual

Jueves, 24 Marzo 2016 - 11:00am

Huaraz en Línea.- Hoy la Iglesia celebra Jueves Santo, el inicio del Triduo Pascual. Los católicos recuerdan la pasión de Jesús y esperan el Domingo de Resurrección. Compartimos reflexiones de Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo, elaborados por fray Héctor Herrera, fundador de CECOPROS y director de Radio San Martín en Arequipa.

JUEVES SANTO: Óscar Arnulfo Romero, mártir (1980)

Ex 12,1-8.11-14: Prescripciones sobre la cena pascual. Salmo 115: El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo. 1Cor 11,23-26: Cada vez que coman y beban, proclamarán la muerte del Señor. Jn 13,1-15: Los amó hasta el extremo.
Jn 13,1-15 nos dice que Jesús celebra esta cena familiar con sus discípulos, recordando la fiesta de la liberación de la esclavitud de Egipto (Ex 12,26 ss). Esta comida tiene un gran significado, porque instaura la Pascua de la nueva y eterna alianza que sellará con su vida.

El gesto profundo de Jesús, de levantarse y lavar los pies de sus discípulos, es el mejor ejemplo que quiere de sus discípulos hoy, ser una Iglesia de servicio, samaritana, solidaria y de entrega a los más necesitados. “Ustedes me llaman maestro y señor y dicen bien. Pero, si yo, que soy maestro y señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes” (Jn 13,13-15)

Jesús es el Pan vivo. Toma en sus manos el pan, fruto de la tierra y del trabajo de niñas, niños, jóvenes, varones y mujeres de los campos, amasado por muchas manos en las ciudades, que los hemos recibido de las manos de Dios su Padre y se da en alimento, para que tengamos vida, la compartamos con los demás y en cada gesto de solidaridad descubramos que Él está presente en la vida de los pobres.

Toma la copa, como nos recuerda el apóstol Pablo en 1 Cor 11,23-26. Su sangre es fruto de la vid, es la sangre de los mártires hoy, como las cuatro hermanas de Caridad, que junto a otras doce personas, ancianos y varones fueron víctimas de un acto criminal en Yemen, la sangre de muchos cristianos ortodoxos, católicos víctimas del odio del ISIS en Medio Oriente, laicos y laicas, religiosas que mueren por Jesús en Asia, África, América Latina, El Caribe.

La sangre de Cristo marcó la era de la libertad. El triunfo de la vida sobre la muerte. Él volvió a la vida para que tengamos vida, como la dio el beato Mons. Oscar Arnulfo Romero, quien entregó su vida por su pueblo salvadoreño imitando a su maestro Jesús. Porque comprendió que Jesús el Buen Pastor, no huye, sino da la vida por sus ovejas.

Que cada uno y en nuestras comunidades cristianas, seamos signos vivos de fidelidad a Cristo, en el compartir, en ser solidarios, misericordiosos unos a otros para ser testimonio creíble que Jesús vive y resucita en el amor a los más excluidos de la mesa del pan de la Palabra y del compartir el alimento diario.
Señor Jesús, tú eres el Pan vivo, que has bajado a este mundo, para que a nadie le falta el pan, de cada día. Danos un corazón y un espíritu nuevo para saber compartir, apoyar y lavarnos los pies unos a otros en el servicio desinteresado a los que más lo necesitan. Amén

VIERNES SANTO

Is 52,13–53,12: Él fue traspasado por nuestras rebeldías. Salmo 30: Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu. Heb 4,14-16; 5,7-9: Se ha convertido en autor de salvación. Jn 18,1–19,42: Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan.

Jn 18,1-19,42 nos relata el momento culminante. Judas el traidor lo entrega con un beso. Los soldados lo apresan. Con toda libertad se enfrenta a ese poder religioso y político que lo quería desaparecer ¿A quién buscan? Yo soy. Él había vivido y practicado la Verdad. Por esa verdad es condenado y crucificado, como hoy por su fe en el crucificado son decapitados y asesinados los cristianos en Mosul, Irak, Siria, Yemen, África y diferentes partes del mundo.

Allí está colgado del madero de la cruz. Allí están los que han planeado su muerte, se burlan de él, como los que hoy ponen los videos para divulgar los crímenes contra sus seguidores. No escuchan ninguna maldición. Al contrario “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”(Lc.23,34) Amas a tus enemigos y los encomiendas al Padre. Tu amor es tan grande.

Estabas crucificado entre dos malhechores. Y tú los miras con gestos de compasión y ternura, cuando uno de ellos te pide que te acuerdes de él: YO TE ASEGURO: HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO" (Lc 23,43)

Tu madre María, la que te engendró, te crió, te vio crecer y compartió tu misión, está allí al pie de la cruz, como todas las madres que sufren la desaparición y la muerte de sus hijos. Tú no la dejas sola y le dices: "MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO. HIJO, AHÍ TIENES A TU MADRE"  (Jn 19,26)

Se acerca la muerte, recitas el salmo 21, desde la profundidad de tu corazón y te abandonas en sus manos: "DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?" (Mt 27,36)

Jesús desde la cruz sientes sed de la verdad y del agua viva, por la que debemos sentir tus seguidores. Y recitas en el dolor de tu agonía, el Sal 69,2 "En mi sed me han abrevado con vinagre”. Y gritas: "¡TENGO SED!" (Jn 19,28)

Has cumplido tu misión, la obra que tu Padre te ha encomendado. Haz sido obediente, hasta la muerte de cruz y dices: “TODO ESTÁ CUMPLIDO"  (Jn 19,30)

Tu muerte en la cruz, parece un fracaso. Sin embargo, allí nos das la vida. Y con el grito de los moribundos, de los creyentes que siguen dando su vida por ti, exclamas: "PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU"  (Lc 23,46)

Jesús tú nos enseñas desde el altar de la cruz, que no hay muerte sin resurrección. Tú cruz es signo de nuestra libertad, como nos recuerda el apóstol Pablo: “Porque los judíos piden milagros, los griegos buscan sabiduría, mientras que nosotros anunciamos un Cristo crucificado, escándalo para los judíos, locura para los paganos: pero para los llamados, tanto judíos como griegos, un Cristo que es fuerza y sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabía que la sabiduría de los hombres y la debilidad de Dios más fuerte que la fortaleza de los hombres” (1 Cor 1,22-25)

SÁBADO SANTO
VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

Gn 1,1–2,2 Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno. Salmo 32: La misericordia del Señor llena la tierra. Rom 6,3-11: Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más. Lc 24,1-12: ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?

VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

1. LITURGIA DE LA LUZ: Con la bendición del fuego y la luz del Cirio Pascual, se inicia la Pascua, el paso de las tinieblas a la luz. El paso del pecado, la muerte a la vida. Cristo resucitado que ilumina nuestras vidas.

Las lecturas bíblicas nos hablan desde la experiencia de la creación. Todo lo que Dios hizo es bueno. Todos estamos llamados a cuidar esta casa común. Pasamos de la experiencia de la esclavitud a la libertad. El paso del mar rojo, símbolo de nuestro bautismo. Conducidos por la luz de Cristo, que victorioso ha vencido a la muerte y nos da la alegría de una vida plena. Con el canto del Pregón Pascual, culmina la liturgia de la luz. Cristo es la luz que nos devuelve la inocencia.

2. LA LITURGIA DE LA PALABRA: Las lecturas del A.T. nos permiten recorrer la historia de la salvación, que es nuestra propia historia que nos invitan a tomar conciencia de comprometernos con esta historia  nuestra. Es nuestra misión cuidar la creación que Dios ha puesto en tus manos. La fe es obedecer al Padre como lo hizo nuestro padre en la fe, Abraham, el amigo de Dios.

El paso del mar rojo nos hace recordar que estamos llamados a la libertad y hacer todo lo posible para que nadie sufra diferentes clases de esclavitud, en el mundo de hoy.
Los profetas nos anuncian una nueva vida en Cristo, centro y fin del universo. Con alegría los cristianos, celebramos al Señor de la vida y de la historia que ha resucitado y cantamos el gloria.

3. LITURGIA DEL BAUTISMO: Por el hemos renacido con Cristo para vivir una vida nueva. De nosotros depende hacer este cielo y esta tierra nueva, aquí y ahora.
El apóstol Pablo en Rom 6,3-11. Nos invita a dejar nuestra vieja condición, para vivir una vida nueva en Cristo.

Lc 24,1-12
Las mujeres encuentran a dos personajes que les dicen ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?(v.5). Ellas son testigos del viviente. Se lo comunican a los discípulos. No les creen. Es la experiencia de nuestra fe en Jesús que vive y está con nosotros.

Al respecto el Papa Francisco nos dice: “En esta Noche de luz, invocando la intercesión de la Virgen María, que guardaba todos estas cosas en su corazón (cf. Lc 2,19.51), pidamos al Señor que nos haga partícipes de su resurrección: nos abra a su novedad que trasforma, a las sorpresas de Dios, tan bellas; que nos haga hombres y mujeres capaces de hacer memoria de lo que él hace en nuestra historia personal y la del mundo; que nos haga capaces de sentirlo como el Viviente, vivo y actuando en medio de nosotros; que nos enseñe cada día, queridos hermanos y hermanas, a no buscar entre los muertos a Aquel que vive. Amén.

4. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA: El pueblo de Dios celebra con gran alegría la resurrección de Jesús. Él está vivo, camina con nosotros y nos da la fuerza para vivir nuestra fe con alegría. Ser testigos de la vida que es buscar con él caminos nuevos y diferentes para que todos seamos reconocidos como hijas, hijos de un mismo Padre compasivo y misericordioso.

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